Importancia del lenguaje no verbal
El lenguaje no verbal es indispensable en el ser humano. Ha sido clave para la supervivencia y evolución de nuestra especie. A pesar de que suele cumplir una función paralingüística (acompañando a las palabras), antiguamente fue la única forma de comunicarnos. Se trata de una habilidad cognitiva superior. Así la define Cabana, un psicólogo especializado en la materia:
“La comunicación no verbal es una forma de interacción silenciosa, espontánea, sincera y sin rodeos. Ilustra la verdad de nuestras palabras al ser nuestros gestos un reflejo instintivo de nuestra actitud mediante el envío de mensajes corporales continuos. De esta manera, nuestra envoltura carnal desvela con transparencia nuestras verdaderas intenciones, emociones y sentimientos».
Impacto pandémico
Hemos cambiado nuestra boca, dientes, sonrisa, nariz y en resumen, toda nuestra gestualidad, por una mascarilla. Esto ha afectado de forma sustancial en nuestro lenguaje no verbal, provocando un cambio radical en la forma de comunicarnos.
El uso de mascarilla, necesario en estos tiempos, ha supuesto un deterioro en la calidad de nuestra comunicación. Esas sonrisas atrevidas, sensuales, fingidas o amables. Esos movimientos de boca y labios con los que creábamos nuestras muecas, gestos y mohines, ya no acompañan nuestras palabras. La expresión está en decadencia. El acto comunicativo ha perdido todos sus matices y tonalidades. Se ha convertido en un proceso frío, distante y carente de personalidad y naturalidad.
Construcción facial
Otro factor a tener en cuenta, es que nuestra mente rellena el espacio que no vemos en los rostros ajenos. Cuando tratas repetidamente con personas cuyo rostro completo nunca has presenciado, tu mente imagina la parte sobrante de sus caras.
Una vez has visto a dicha persona a cara descubierta, ¿era ese rostro como lo imaginabas? ¿Tenemos buena intuición a la hora de construir caras ajenas? ¿Cambia la forma en la que nos comunicamos con dicha persona?
Para las dos primeras preguntas, la respuesta es no. Rara vez vamos a imaginar con exactitud como es la expresión facial completa de la persona enmascarada.
Sin embargo, el mero hecho de ver dicha cara descubierta, puede afectar a la forma en la que nos sentimos atraídos por la persona en cuestión, y esto, sí que influye (y tanto) en la forma de comunicarnos con ella.
Los gestos, las miradas, el tono de voz… pueden esconder la intención real de nuestros instintos. Por lo tanto, el hecho de llevar mascarilla, puede provocar una alteración real en la percepción del atractivo ajeno, influyendo consecuentemente en la forma de comunicarnos con dicha persona.
¿Nos resulta atractiva la mascarilla?
Se realizó en el año 2020 un curioso estudio en la Universidad quirúrjica de Pensilvania, donde escogieron aleatoriamente a 500 personas para evaluar el atractivo de una serie de sujetos. Misma persona, con y sin mascarilla.
Sorprendentemente, se concluyó que los rostros cubiertos con mascarillas tienden a ser juzgados como más atractivos en comparación con imágenes de la misma persona con el rostro descubierto.
Esto no significa que nos gusten las caras tapadas (que también existe dicho fetiche), sino que tendemos a representar los rostros tapados de forma más bella de lo que posteriormente nos resultan (expectativa de belleza).
Apartado Clínico
Como bien hemos comentado, el uso de mascarilla influye en la forma de comunicarnos. Esto, como no puede ser de otra manera, repercute en la forma de trabajar del psicólogo clínico.
Un aspecto fundamental a la hora de hacer terapia es comprobar si existe concordancia entre el lenguaje no verbal y el lenguaje verbal del paciente. Esta tarea se dificulta en demasía con el uso de mascarilla facial, disminuyendo la efectividad del profesional en este apartado.
Por esto, recomendamos llevar a cabo la terapia sin mascarilla, por parte del terapeuta y del cliente, siempre y cuando se respeto la distancia de seguridad. Pero ojo, la distancia excesiva o incluir otros elementos como una pantalla divisoria, también suponen barreras comunicativas.