La imagen que ofrece, hoy día, el antiguo circuito urbano de Fórmula Uno de Valencia, es bien distinta a la que ofrecía en 2012, última vez que los monoplazas recorrieron el asfalto valenciano a uno velocidad de vértigo. Con victoria de Alonso en aquella ocasión, por cierto.
Ahora, más de medio centenar de hombres y mujeres de origen saharaui se han asentado en la zona, viviendo en chabolas y ocupando un lugar que no hace mucho era el circuito urbano de Fórmula Uno de València.
Viviendas precarias
La mayoría de personas que allí se asientan cuentan con su correspondiente permiso de residencia y trabajo actualizado, pero viven en una situación precaria, por lo que desde las instituciones públicas, están tratando de solventar la situación.
La inscripción en el programa Labora, la solicitud de la Renta Valenciana de Inclusión y el registro en el sistema sanitario, garantizando así su acceso, han sido algunas de las medidas que se han llevado a cabo en los últimos meses.
En la zona no existe acceso al agua potable, teniendo que recorrer grandes distancias para lograr llegar a una fuente pública, con la que cubren sus necesidades básicas.
Desde el consistorio aseguran que, en un principio, los miembros del asentamiento tenían una actitud «cordial y de agradecimiento», pero que el paso del tiempo ha hecho que se convierta en «exigente e imperativa».
Por su parte, un informe del Servicio de Bienestar Social e Integración del Ayuntamiento de València, facilitado por el propio consistorio, asegura este asentamiento está incluido en el Censo de Vivienda Precaria desde noviembre de 2019 cuando se contabilizaban apenas siete personas en él.
Ahora, la situación es bien distinta, puesto que el asentamiento chabolista no hace más que crecer, con la precariedad que ello conlleva para los que allí residen.