El cierre de sucursales bancarias viene siendo un fenómeno habitual en todo el territorio nacional en los últimos diez años. En la Comunitat Valenciana, el total de oficinas financieras que han echado el cierre en la última década asciende hasta las 2.569.
Estas cifras, que no son ajenas para otras autonomías, ubican a la Comunitat como la cuarta región con más oficinas cerradas, solo por detrás de Cataluña, Madrid y Andalucía, según datos publicados por el Banco de España.
La problemática de la situación viene cuando comprobamos que el mayor número de cierres se producen en zonas rurales, poco pobladas, dejando a cientos de localidades sin una sucursal bancaria.
Esto traducido a la práctica, supone dejar a miles de ciudadanos en una situación de riesgo de «exclusión financiera», un fenómeno que afecta principal menta a la zona del mediterráneo y a Madrid.
Sin embargo, la reducción del número de oficinas bancarias en España no es exclusivo de las áreas más despobladas, puesto que ya se trata de un problema generalizado que afecta a todo el territorio nacional.