La Audiencia Provincial de Valencia, tras juzgar el caso mediante un juzgado popular, ha condenado a un policía local jubilado de Mislata a 30 años de prisión, después de que este asesinara a su mujer y prendiera fuego a la vivienda en la que ambos convivían en la mencionada localidad valenciana en el año 2020.
Los hechos se produjeron en diciembre del año 2020 en la calle Buen Pasto de Mislata, donde el expolicía acabó con la vida de su mujer agarrándola por el cuello y estrangulándola hasta que murió asfixiada.
La sentencia refleja que en el momento del crimen la mujer se encontraba en estado de embriaguez, lo que hacía que el condenado supiera que le iba a resultar «imposible o muy difícil defenderse».
En un intento de encubrir los hechos, el varón prendió fuego a su propia vivienda, “dejando que el fuego se desarrollara en la habitación en la que comenzaron las llamas y en el resto del domicilio, sabiendo que suponía un riesgo para la vida o integridad de las personas que en ese momento pudieran encontrarse en el edificio”.
Preguntó por seguros de incendios días antes
Otro de los datos relevantes que recoge la sentencia, es que el condenado se interesó por un seguro contra incendios días antes del crimen. Además, los forenses descartaron suicidio o muerto por intoxicación derivada del humo, ya que la autopsia reveló lesiones alveolares correspondientes a un estrangulamiento.
El procesado, tras cometer el crimen, hizo una llamada al 112 en la que relataba unos hechos que tenían poca credibilidad, lo que hizo que los efectivos policiales consideraran, desde primer momento, que “la persona que hizo la llamada podía estar implicado directa o indirectamente en los hechos”.
En esta llamada, el procesado “en un primer momento no pide auxilio para su mujer, sino que pasan 55 segundos hasta que menciona que cree que su mujer está dentro y lo hace ante una pregunta del operador del 112”, y dio datos sobre el posible incendio de un sofá, cuando todavía no había accedido a la vivienda.