La vía nasal se ha convertido en una ruta atractiva para quienes abusan de sustancias, principalmente por la fácil accesibilidad y la rápida absorción, además de evitar las consecuencias asociadas al uso de drogas intravenosas, como son las enfermedades de transmisión.
Inicialmente la droga de administración nasal más común era la cocaína y sus efectos nocivos, por contacto directo con la mucosa nasal, incluyen congestión, sangrado nasal, erosión y en etapas avanzadas destrucción del tabique. Aparte, también encontramos drogas de diseñó más actuales como la metanfetamina.
Sin embargo, el esnifar o aspirar no es la única forma de consumir una sustancia por vía nasal. Existen sustancias que, como vamos a ver a continuación, emiten un gas que puede ser inhalado.
La droga de moda: El Popper

Popper es el nombre común que se le asigna a ciertas sustancias químicas denominadas nitritos. Estas sustancias están formadas por ácido nitroso y la combinación de alcohol, nitrito de sodio y ácido sulfúrico. Su nombre proviene de una acepción coloquial de la lengua inglesa que hacía relación al ruido que se generaba al romper la ampolla que contenía el líquido.
Los primeros registros de su empleo como sustancia de abuso en Estados Unidos fechan de 1983, aunque se tiene constancia de que ya en los años 70 se había popularizado en el mundo gay como medio para incrementar el placer sexual, pero que rápidamente se había extendido su consumo a los demás colectivos debido a la excesiva repercusión de sus efectos.
Producto

Características: Se presentan como un líquido color amarillo casi transparente, volátil, que se evapora al contacto con el ambiente. Se envasa en pequeñas botellas de vidrio y sus colores y etiquetas han evolucionado con el tiempo para hacerlas más llamativas ante los consumidores.
Vía de administración: Esta sustancia posee una alta volatilidad, quienes la usan abren la botella y la posicionan bajo la nariz inhalando el contenido que se evapora inmediatamente.
Efectos sistémicos: Al entrar en contacto con el Sistema Nervioso Autónomo produce un efecto vasodilatador por relajación de la musculatura que rodea los vasos sanguíneos y con ello facilita el paso de la sangre. Se utiliza tanto para inducir euforia como para mejorar la experiencia sexual. Tras la inhalación, los efectos deseados son alcanzados dentro de 10 segundos, pero rápidamente disminuyen en un plazo de 5 minutos, por esta razón se requieren de reiteradas inhalaciones. Inicialmente generan una sensación eufórica, los consumidores lo asemejan a flotar, con un aumento de la sensación de percepción en la piel, que es seguida por una reducción de la inhibición social y sexual, aumento de la excitación, relajación del esfínter anal y orgasmo prolongado.
Consecuencias: A pesar de que no tiene grandes efectos a nivel neuronal, la inhalación de esta sustancia puede originar diversas complicaciones físicas como dolor de cabeza, taquicardia, pérdida de conocimiento, aumento de la presión intraocular, dermatitis, parálisis parcial, pérdida momentánea de visión y rara vez muerte súbita. El consumo conjunto de alcohol puede empeorar los efectos adversos y puede causar hipotensión y colapso cardiovascular. Recalcar que combinarlo con otro vasodilatador, como podría ser la viagra, aumenta considerablemente la probabilidad de daños irreversibles y muerte súbita.
Nivel adictivo: No cuenta con componentes adictivos. Sin embargo, el sujeto puede adquirir dependencia a la sensación que le produce la sustancia, más que por la sustancia en sí.
Situación legal en España

En España el “Popper” está considerado como un medicamento por su contenido en nitritos de amilo y alquilo. Aunque fue utilizado en contextos médicos (especialmente para el tratamiento de la angina de pecho) se dejó de usar hace unos años. La producción y venta de Popper en España sin autorización de la Agencia del Medicamento está considerado un delito contra la salud pública.
Sin embargo, podemos decir que la situación del Popper en España es alegal, debido a la poca reglamentación y concreción del mismo en el código penal español, ya que a pesar de estar prohibido su venta desde España, puedes adquirirlo mediante páginas web extranjeras, incluso en la misma península (Portugal) y no existe una cantidad concreta que justifique el consumo propio y lo diferencie del tráfico.
Si bien es cierto que hay un nitrito que está prohibido en toda Europa desde 2017: el de butilo. Sin embargo, hecha la ley, hecha la trampa. Los sex-shops y sitios web han sabido reinventarse, esquivar esa traba y producir Popper sin dicha sustancia, colocándolos en el mercado sin problema alguno. Además, lo comercializan como limpiador de vinilos.
Consumo

No se tienen demasiados datos estadísticos del consumo de esta sustancia debido a la falta de estudios sobre dicho fenómeno. La única referencia oficial al respecto se encuentra en el informe anual de drogas en España (EDADES), donde recalca que el consumo de Popper es habitual en el 1% de los adultos y casi el 2% en menores de 14 a 18 años.
El porcentaje puede parecer poco representativo, pero sabiendo que en nuestro país hay aproximadamente 2 millones de menores de entre 14-18 años y 40 millones de mayores, podríamos intuir que 400.000 adultos y 40.000 menores consumen dicha sustancia a nivel nacional.
Sin embargo, su fácil adquisición (online), bajo precio (unos 5 euros el bote), el desconocimiento de sus efectos adversos, el auge del chemsex (véase artículo al respecto: https://diariodelevante.com/noticias-comunidad-valenciana/chemsex-el-fenomeno-sexual-que-arrasa-en-espana/), su rápida absorción (en pocos segundos) y el desmantelamiento reciente de varios laboratorios de elaboración ilegal (sobre todo en Barcelona), hacen pensar que dicho porcentaje fuera mucho mayor.
Bibliografía:
- Krauss, K., & Naser, A. (2018). Actualización en abuso de drogas por vía nasal. Revista de otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello, 78(1), 89-98.
- Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones. Informe 2021. Alcohol, tabaco y drogas ilegales en España. Madrid: Ministerio de Sanidad. Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, 2021.